El segundo dibujo es mucho más difícil de realizar que el primero. Esto es debido a que en este caso es necesario dibujar al alguien que conozcas, pero debes hacer el dibujo de memoria. En el año 2007 el resultado fue el que se puede ver.
Prefiero no decir de quién se trata, porque quiero seguir vivo. El parecido es más bien dudoso.
En esta nueva etapa he dibujado a mi hijo, obteniendo el siguiente resultado.
Tiene un ligero parecido, pero en eso se queda. Pero ¡¡¡Caray!!! es mucho más difícil dibujar de memoria.
Como no se admiten críticas, siempre que sean constructivas.
Mi Cuaderno Negro
Un reto, una meta... conseguir aprender a dibujar dignamente
jueves, 17 de marzo de 2016
miércoles, 16 de marzo de 2016
Dibujo 1 - Autorretrato
El primer dibujo que nos platea Betty Edwards es el de un autorretrato. Para ello nos pide hacer el dibujo mirándonos a un espejo. El resultado obtenido en mi primer intento de seguir el curso allá por el año 2007 fue el que puede verse en la imagen siguiente.
En esta nueva etapa, cambié de estrategia, y lo primero que me hice fue un selfie, para después proyectarlo en la pantalla de mi ordenador y usarlo de modelo para mi dibujo. Se puede ver el resultado aquí debajo.
Se aceptan críticas siempre que sean constructivas.
Se aceptan críticas siempre que sean constructivas.
jueves, 10 de marzo de 2016
Mis herramientas
Para comenzar en este viaje, son necesarias unas herramientas con las que trabajar. Estas van a consistir en un cuaderno de dibujo (Mi Cuaderno Negro), un lápiz y una goma.
Me he decantado por el Sketchbook (Cuaderno de arte 1450090) de Tiger, con un formato de página de 210 x 140 mm, de 110 páginas; con papel libre de ácido, de un gramaje de 100 g/m2, y de fabricación china. Se trata de un papel que transparenta ligeramente, pero que por lo demás está bastante bien. Viene con encuadernación de tapa dura y cosido. El lomo se encuentra en el lado de 140 mm. Su precio en la actualidad es de 3 €, lo que le da una relación calidad-precio excepcional.
Como no, los chinos hacen de todo. Como la invención del papel se les atribuye a ellos, concretamente a Ts`ai Lun, en el año 105 DC, vamos a pensar que han realizado un buen trabajo con el papel del cuaderno.
Tras decorar ligeramente su portada, Mi Cuaderno Negro luce así:
Creo que debería mejorar un poco mi caligrafía. El cartucho -similares a los cartuchos egipcios- que se encuentra encima del nombre del cuaderno incluye las iniciales de mi nombre y apellidos, y lo utilizaré como firma de mis dibujos. Espero que la cuerda del mismo, proteja mi proyecto para la "eternidad", como hacía con el nombre de los faraones.
En relación al lápiz, estoy utilizando un STAEDTLER Noris HB 2, uno de los lápices más fáciles de encontrar en casi cualquier librería/papelería. Sus principales características -según el fabricante alemán- es que es un lápiz de alta calidad, que tanto sirve para escribir, como para dibujar y esbozar. Se trata de un lápiz con una increíble resistencia a la rotura debido a la especial formulación de su mina y a la doble encoladura. Casi podríamos decir que es un lápiz ecológico, puesto que su madera procede de bosques de gestión sostenible.
En cuanto a la goma de borrar, utilizo una MILAN nata 624. Es una goma de plástico blanda, suave, versátil, no abrasiva; que permite borrar sobre todo tipo de superficies; y que no daña el papel. Se trata de un producto nacional -fabricado en España- que también es fácil de conseguir en cualquier librería/papelería.
El último "elemento" en todo este asunto, soy yo, que espero dar buen uso de las herramientas anteriores. Si algo no sale bien, seguramente la culpa será mía y sólo mía.
Me he decantado por el Sketchbook (Cuaderno de arte 1450090) de Tiger, con un formato de página de 210 x 140 mm, de 110 páginas; con papel libre de ácido, de un gramaje de 100 g/m2, y de fabricación china. Se trata de un papel que transparenta ligeramente, pero que por lo demás está bastante bien. Viene con encuadernación de tapa dura y cosido. El lomo se encuentra en el lado de 140 mm. Su precio en la actualidad es de 3 €, lo que le da una relación calidad-precio excepcional.
Como no, los chinos hacen de todo. Como la invención del papel se les atribuye a ellos, concretamente a Ts`ai Lun, en el año 105 DC, vamos a pensar que han realizado un buen trabajo con el papel del cuaderno.
Tras decorar ligeramente su portada, Mi Cuaderno Negro luce así:
Creo que debería mejorar un poco mi caligrafía. El cartucho -similares a los cartuchos egipcios- que se encuentra encima del nombre del cuaderno incluye las iniciales de mi nombre y apellidos, y lo utilizaré como firma de mis dibujos. Espero que la cuerda del mismo, proteja mi proyecto para la "eternidad", como hacía con el nombre de los faraones.
En relación al lápiz, estoy utilizando un STAEDTLER Noris HB 2, uno de los lápices más fáciles de encontrar en casi cualquier librería/papelería. Sus principales características -según el fabricante alemán- es que es un lápiz de alta calidad, que tanto sirve para escribir, como para dibujar y esbozar. Se trata de un lápiz con una increíble resistencia a la rotura debido a la especial formulación de su mina y a la doble encoladura. Casi podríamos decir que es un lápiz ecológico, puesto que su madera procede de bosques de gestión sostenible.
En cuanto a la goma de borrar, utilizo una MILAN nata 624. Es una goma de plástico blanda, suave, versátil, no abrasiva; que permite borrar sobre todo tipo de superficies; y que no daña el papel. Se trata de un producto nacional -fabricado en España- que también es fácil de conseguir en cualquier librería/papelería.
domingo, 21 de febrero de 2016
Los inicios
Desde pequeño, las asignaturas de dibujo y de pretecnología siempre me parecieron muy atractivas. Aquello de crear con tus manos tenía su encanto. Me gustaba dibujar... y recuerdo que, de aquella, no lo hacía nada mal. Con esto no quiero decir que fuese un maestro del arte ni mucho menos, pero me pasaba mucho tiempo haciendo dibujos, a veces incluso con uno de aquellos pizarrines -en casa de mis abuelos-, de los que utilizaba mi madre cuando iba al cole de la postguerra.
En algunas ocasiones utilizaba como modelos simples fotografías y en otras me dedicaba a hacer copias de dibujos que aparecían en TBOs y otros comics infantiles de la época.
Con la llegada al instituto, mis intereses en lo relativo al dibujo cambiaron de forma radical, pues me dediqué principalmente al dibujo técnico. Me resultaba muy atrayente aquello de utilizar tiralíneas, compases, tinta china, plumillas y Rotrings. Estaba deslumbrado por aquella "tecnología" y el lápiz me parecía algo anticuado. Fui dejando cada vez más de dibujar, hasta que deje de practicar totalmente.
Ya en la Universidad, el dibujo estaba prácticamente abandonado, quitando para hacer algún que otro esquema muy simple. Al final de este período fue el boom de los ordenadores, y comencé a utilizarlos para hacer algún que otro pinito de forma totalmente amateur. También comencé a utilizar programas de retoque fotográfico, como Photoshop y Gimp, y todo esto no hizo más que alejarme del cuaderno y los lápices. Otra cosa que me fascinó fue todo lo relacionado con el dibujo 3D, practicando algo con Blender; e introduciéndome en la fotografía 3D.
Hace unos años, conocí en mi trabajo -soy profesor-, un compañero del Departamento de Artes Plásticas que me parece todo un artista en el mundo del dibujo. Viendo su cuaderno de bocetos, me comenzó a picar de nuevo el gusanillo. Me parecía una verdadera obra de arte y me entro una sana envidia. ¡Lo que daría yo por poder dibujar siquiera la mitad de bien que él!
De aquella, hice una búsqueda por Internet con el fin de encontrar algún procedimiento que me permitiese aprender a dibujar bien, sin que eso me supusiese el tener que disponer de mucho tiempo -del que suelo carecer-. Esa búsqueda me llevó a un libro, Nuevo Aprender a Dibujar con el lado derecho del cerebro de Betty Edwards.
En aquel momento comencé a leerlo y practicarlo, pero una vez más la falta de tiempo y otras cuestiones que no vienen a cuento, me hicieron abandonar...
La pasada semana, el compañero de trabajo citado, ya un amigo para mí, me envió una imagen escaneada de su "Cuaderno Negro", en la que me mostró un dibujo que me había hecho hace unos años -supongo que mientras estaba en la Sala de Profesores. Esto ha vuelto a despertar mi gusanillo, y estoy dispuesto a comenzar -retomar- de nuevo esta aventura del dibujo. Para comenzar, mi primera meta será completar el método descrito en el libro de Betty Edwards.
Hasta ahora había realizado mis dibujos en simples folios A4, pero para intentar forzarme a practicar este arte del dibujo, una de mis primeras decisiones es adquirir uno de estos cuadernos de bocetos, que se va a convertír en Mi Cuaderno Negro, y aquí voy a ir recogiendo los dibujos e impresiones de mis resultados.
En algunas ocasiones utilizaba como modelos simples fotografías y en otras me dedicaba a hacer copias de dibujos que aparecían en TBOs y otros comics infantiles de la época.
Con la llegada al instituto, mis intereses en lo relativo al dibujo cambiaron de forma radical, pues me dediqué principalmente al dibujo técnico. Me resultaba muy atrayente aquello de utilizar tiralíneas, compases, tinta china, plumillas y Rotrings. Estaba deslumbrado por aquella "tecnología" y el lápiz me parecía algo anticuado. Fui dejando cada vez más de dibujar, hasta que deje de practicar totalmente.
Ya en la Universidad, el dibujo estaba prácticamente abandonado, quitando para hacer algún que otro esquema muy simple. Al final de este período fue el boom de los ordenadores, y comencé a utilizarlos para hacer algún que otro pinito de forma totalmente amateur. También comencé a utilizar programas de retoque fotográfico, como Photoshop y Gimp, y todo esto no hizo más que alejarme del cuaderno y los lápices. Otra cosa que me fascinó fue todo lo relacionado con el dibujo 3D, practicando algo con Blender; e introduciéndome en la fotografía 3D.
Hace unos años, conocí en mi trabajo -soy profesor-, un compañero del Departamento de Artes Plásticas que me parece todo un artista en el mundo del dibujo. Viendo su cuaderno de bocetos, me comenzó a picar de nuevo el gusanillo. Me parecía una verdadera obra de arte y me entro una sana envidia. ¡Lo que daría yo por poder dibujar siquiera la mitad de bien que él!
De aquella, hice una búsqueda por Internet con el fin de encontrar algún procedimiento que me permitiese aprender a dibujar bien, sin que eso me supusiese el tener que disponer de mucho tiempo -del que suelo carecer-. Esa búsqueda me llevó a un libro, Nuevo Aprender a Dibujar con el lado derecho del cerebro de Betty Edwards.
En aquel momento comencé a leerlo y practicarlo, pero una vez más la falta de tiempo y otras cuestiones que no vienen a cuento, me hicieron abandonar...
La pasada semana, el compañero de trabajo citado, ya un amigo para mí, me envió una imagen escaneada de su "Cuaderno Negro", en la que me mostró un dibujo que me había hecho hace unos años -supongo que mientras estaba en la Sala de Profesores. Esto ha vuelto a despertar mi gusanillo, y estoy dispuesto a comenzar -retomar- de nuevo esta aventura del dibujo. Para comenzar, mi primera meta será completar el método descrito en el libro de Betty Edwards.
Hasta ahora había realizado mis dibujos en simples folios A4, pero para intentar forzarme a practicar este arte del dibujo, una de mis primeras decisiones es adquirir uno de estos cuadernos de bocetos, que se va a convertír en Mi Cuaderno Negro, y aquí voy a ir recogiendo los dibujos e impresiones de mis resultados.
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